jueves, 8 de noviembre de 2007

C.S.C. A TOPE. AMIGOSS!



Queridos "jóvenes" inadaptados, ruego me disculpen por lo tardío de mi nueva actualización de este desfaeno internáutico, pero bien saben me debo a la esclavtud infantil y a los pesares que ello conlleva. Dicho lo cual, permítanme incitarles, una vez más, a que acudan a una nueva oportunidad de alcanzar las mayores cotas de miseria en compañía de sus complacientes cicerones en el maravilloso mundo de la misantropía y el ruido-como-último-refugio (ya saben, nosotros, sus amigos de CSC), en compañía además de nuestros conciudadanos Leave it to me y los asturianos Enter the nightmare (busquen sus maiespeises, que son cosita buena). Como imaginarán, todos tocaremos música de cámara dodecafónica, nosotros, en esta ocasión, acompañados de una joven violinista rumana y un coro de angélicos querubines. Domingo, 18, en Sedaví, en el garito de al lado del Creepy. Se me vengan, gentes.

Y nada, que los que no vinieron al concierto con Dean Dirg y Über que sepan que el mundo ha cambiado, la metereología no volverá a ser la misma, los astros se alinearon, los dioses del Valhalla sonrieron, se abrieron montes por la mitad, brotó lava de los grifos de cerveza y miles de jóvenes vírgenes ardieron en su propio deseo. ¿Exagero? Ni de coña, incrédulos, que allí se voló desde sitios inverosímiles, se rompieron escenarios con manos desnudas, se derramaron líquidos hasta la extenuación, había sonrisas por doquier a pesar de los típicos hematomas en moratones y, sobre todo, se oyó la música que a servidor eriza patillas y produce erecciones y que tan poco se prodiga en esta maldita ciudad de falleras con botines. MAGIA. Si tienen oportunidad de volver a alguno de ese par de GRUAPACÍSIMOS háganlo. MUY-MUY necesarios.

Acompaño palabras necias con imágenes que, si bien no muestran con exactitud lo que fué aquello, acordarán conmigo en que son MUY de humor, por una o otra razón. Sí, son la mayoría de nosotros, pero ¿que quieren? Carecemos de fotogenia, pero no de inconmensurable autoestima. Viva la droga y el seitán.